jueves, junio 09, 2005

Y un día, al despertar, se dio cuenta de que no podía respirar. No es que tuviera las narices tapadas o algo asó, simplemente no tenía la capacidad de respirar. Es dificil de explicar, pero así era.
Ustedes comprenderan que no debe ser una situación muy agradable. De hecho, era lejos lo peor que le había pasado nunca.
Lo peor no era el hecho en sí de no poder respirar, sino que la falta de poder sobre su propio cuerpo. Había un eslabón que falata entre su cerebro y sus pulmones. Suena raro, pero es verdad.
Dicen que antes de morir uno ve toda su vida en un segundo, él no veia nada. Quizás no moriría, o quizás no había vivido. El punto es que no vio nada.
Se arrepintió de todos sus errores, cosa que es bastante normal en una situación así. Quería otra oportunidad. Suena un poco cobarde, pero habria que estar en su lugar. Era un momento dificil.
Empezaron las convulsiones, es la peor parte del asunto. Duele mucho.
Los ojos se empezaron a desorbitar, la piel se puso morada. En unos segundos, quizas medio minuto, todo hiba a terminar. No era tan malo, cualquier cosa con tal de que ya no doliera más.
Dejó de doler, pero no terminaba. Era una sensación extraña. Sabía que estaba muriendo, pero todo estaba calmado. Quizas ya habia muerto y no lo sabía. Quizás no moriría jamás. Así debía ser.
Ahora podía cerrar los ojos. No necesitaba ver.
Nunca más.